Cambio climático: lo que necesitas saber
La verdad sobre la principal amenaza ambiental de la tierra.
- ¿Qué es el cambio climático?
- ¿Cómo se mide el cambio climático a lo largo del tiempo?
- ¿Qué causa el cambio climático?
- Los efectos del cambio climático global
- Hechos del cambio climático
- Soluciones para el cambio climático
¿Qué es el cambio climático?
El cambio climático se define generalmente como una variación significativa de las condiciones climáticas promedio (por ejemplo, condiciones que se vuelven más cálidas, más húmedas o más secas) a lo largo de varias décadas o más. Estas tendencias a largo plazo diferencian al cambio climático de la variabilidad natural del clima.
Inundaciones récord. Tormentas furiosas. Calor mortal. El cambio climático se manifiesta de innumerables formas y lo experimentan todos los seres vivos, aunque no por igual. En todo el mundo, las personas económicamente desfavorecidas y las personas de color son las que menos contribuyen a las causas fundamentales del cambio climático, pero son las más propensas a sufrir sus peores impactos. Estos son los conceptos básicos sobre las causas del cambio climático, cómo afecta al planeta y a su gente, y qué podemos hacer al respecto.
¿Cómo se mide el cambio climático a lo largo del tiempo?
El clima se refiere a las condiciones atmosféricas generales de un lugar medidas durante muchos años. En los Estados Unidos, por ejemplo, el clima de Maine es frío y con nieve en invierno, mientras que el sur de Florida es tropical durante todo el año.
Los satélites en la órbita terrestre, las estaciones meteorológicas remotas y las boyas oceánicas se utilizan para monitorear el estado del tiempo y el clima actual, pero son los datos de paleoclimatología de fuentes naturales como núcleos de hielo, anillos de árboles, corales y sedimentos de océanos y lagos que han permitido a los científicos extender los registros climáticos de la Tierra a millones de años. Estos registros brindan una visión completa de los cambios a largo plazo en la atmósfera terrestre, los océanos, las superficies terrestres y la criosfera (sistemas de agua congelada). Luego, los científicos incorporan estos datos a modelos climáticos sofisticados que pueden predecir las tendencias climáticas futuras con gran precisión.
Vale la pena señalar que, si bien el cambio climático y el calentamiento global a menudo se usan indistintamente, el calentamiento global (el reciente aumento de la temperatura media global cerca de la superficie de la tierra) es sólo un aspecto del cambio climático.
¿Qué causa el cambio climático?
El funcionamiento del sistema climático de la Tierra es simple. Cuando la energía del sol se refleja en la tierra y regresa al espacio (principalmente por las nubes y el hielo), o cuando la atmósfera terrestre libera energía, el planeta se enfría. Cuando la tierra absorbe la energía del sol, o cuando los gases atmosféricos impiden que el calor liberado por la tierra se irradie al espacio (efecto invernadero), el planeta se calienta. Una variedad de factores, tanto naturales como humanos, pueden influir en el sistema climático de la Tierra.
Causas naturales del cambio climático
La tierra ha pasado por fases de calentamiento y enfriamiento en el pasado, mucho antes de que existieran los humanos. Las fuerzas que pueden contribuir al cambio climático incluyen la intensidad del sol, las erupciones volcánicas y los cambios en las concentraciones de gases de efecto invernadero que ocurren naturalmente. Pero los registros indican que el calentamiento climático actual, en particular el que ha ocurrido desde mediados del siglo XX, ocurre a un ritmo mucho más rápido que nunca y no puede explicarse únicamente por causas naturales. Según la NASA, “estas causas naturales todavía están en juego hoy, pero su influencia es demasiado pequeña u ocurren muy lentamente para explicar el rápido calentamiento observado en las últimas décadas”.
Causas antropogénicas del cambio climático
Los seres humanos, o más específicamente, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera la actividad humana, son la principal causa del rápido cambio climático de la Tierra en la actualidad. Los gases de efecto invernadero juegan un papel importante para mantener al planeta lo suficientemente cálido como para habitarlo. Pero la cantidad de estos gases en nuestra atmósfera se ha disparado en las últimas décadas. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA por sus siglas en inglés), nuestras concentraciones actuales de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso “no tienen precedentes en comparación con los últimos 800.000 años”. De hecho, la proporción de dióxido de carbono de la atmósfera, el principal contribuyente al cambio climático del planeta, ha aumentado en un 46 por ciento desde la época preindustrial.
La quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas para generar electricidad, calor y transporte es la principal causa de emisiones generadas por el hombre. La segunda causa importante es la deforestación, que libera carbono aislado (o almacenado) en el aire. Se estima que la tala de árboles, los incendios y otras formas de degradación forestal liberan un promedio de 8.100 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año, lo que representa más del 20 por ciento de todas las emisiones globales de CO2. Otras actividades humanas que generan contaminación del aire incluyen el uso de fertilizantes (una fuente primaria de emisiones de óxido nitroso), la producción ganadera (ganado vacuno, búfalos, ovejas y cabras son los principales emisores de metano) y ciertos procesos industriales que liberan gases fluorados. Actividades como la agricultura y la construcción de carreteras también pueden cambiar la reflectividad de la superficie de la tierra, al provocar un calentamiento o enfriamiento local.
Aunque los bosques y océanos de nuestro planeta absorben los gases de efecto invernadero de la atmósfera a través de la fotosíntesis y otros procesos, estos sumideros naturales de carbono no pueden seguir el ritmo de nuestras crecientes emisiones. La resultante acumulación resultante de gases de efecto invernadero ha provocado un calentamiento alarmantemente rápido en todo el mundo. Se estima que la temperatura promedio de la tierra aumentó alrededor de 1 grado Fahrenheit durante el siglo XX. Si eso no parece mucho, considere esto: cuando terminó la última edad de hielo y el noreste de los Estados Unidos estaba cubierto por más de 3,000 pies de hielo, las temperaturas promedio eran solo de 5 a 9 grados más frías de lo que son ahora.
Los efectos del cambio climático global
Según el Informe de Riesgos Globales 2021 del Foro Económico Mundial, la incapacidad de mitigar y adaptarse al cambio climático es el riesgo “más impactante” que enfrentan las comunidades de todo el mundo, incluso más que las armas de destrucción masiva y las crisis hídricas. Culpe a los efectos dominó: a medida que el cambio climático transforma los ecosistemas globales, todo se ve afectado, desde los lugares en los que vivimos hasta el agua que bebemos y el aire que respiramos.
Y aunque el cambio climático afecta a todos de alguna manera, es indiscutible que sus impactos más negativos son soportados de manera desproporcionada por ciertos grupos: mujeres, niños, personas de color, comunidades indígenas y los económicamente marginados. El clima es una cuestión de derechos humanos.
Clima extremo
A medida que la atmósfera de la tierra se calienta, acumula, retiene y deja caer más agua, lo que cambia los patrones climáticos y hace que las áreas húmedas sean más húmedas y las áreas secas más secas. Las temperaturas más altas empeoran y aumentan la frecuencia de muchos tipos de desastres, incluidas tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías. Estos eventos pueden tener consecuencias devastadoras y costosas, al poner en peligro el acceso al agua potable, exacerbando incendios forestales descontrolados, daños a la propiedad, creando derrames de materiales peligrosos, contaminando el aire y provocando la pérdida de vidas.
Aire sucio
La contaminación del aire y el cambio climático están indisolublemente vinculados, y uno agrava al otro. Cuando la temperatura de la tierra aumenta, nuestro aire no solo se ensucia más, y los niveles de esmog y hollín aumentan en consecuencia, sino que también se llena de contaminantes más alergénicos, como el moho circulante (gracias a condiciones de mayor humedad debido al clima extremo y más inundaciones) y el polen (debido a temporadas de polen más largas y fuertes).
Riesgos de salud
Según la Organización Mundial de la Salud, “se espera que el cambio climático cause aproximadamente 250.000 muertes adicionales por año” entre 2030 y 2050. A medida que aumentan las temperaturas globales, también aumenta el número de muertes y enfermedades por estrés por calor, insolación y enfermedades cardiovasculares y renales. Y a medida que la contaminación del aire empeora, también lo hace la salud respiratoria, en particular para los 300 millones de personas que viven con asma en todo el mundo; hay más polen y moho en el aire para atormentar a las personas que sufren de fiebre del heno y alergias. Los eventos climáticos extremos, como tormentas severas e inundaciones, pueden provocar lesiones, contaminación del agua potable y daños por tormentas que pueden comprometer la infraestructura básica o provocar el desplazamiento de una comunidad. De hecho, los modelos históricos sugieren que la probabilidad de ser desplazado por un desastre es ahora un 60 por ciento mayor que hace cuatro décadas, y los principales aumentos en desplazamientos están siendo impulsados por eventos meteorológicos y relacionados con el clima. (Vale la pena señalar que el desplazamiento viene con sus propias amenazas para la salud, como el aumento del hacinamiento urbano, los traumas, el malestar social, la falta de agua potable y la transmisión de enfermedades infecciosas). Un mundo más cálido y húmedo también favorece a las enfermedades transmitidas por insectos como el dengue, el virus del Nilo Occidental y la enfermedad de Lyme.
Aumento del nivel del mar
El Ártico se está calentando dos veces más rápido que cualquier otro lugar del planeta. A medida que sus capas de hielo se derriten en los mares, nuestros océanos están camino a subir de 0,95 a 3,61 pies a finales de este siglo, lo que amenazaría los ecosistemas costeros y las zonas bajas. Las naciones insulares enfrentan un riesgo particular, al igual que algunas de las ciudades más grandes del mundo, incluidas la ciudad de Nueva York, Miami, Mumbai en India y Sydney en Australia.
Océanos más cálidos y ácidos
Los océanos de la tierra absorben entre un cuarto y un tercio de nuestras emisiones de combustibles fósiles y ahora son un 30 por ciento más ácidos de lo que eran en la época preindustrial. Esta acidificación representa una seria amenaza para la vida submarina, particularmente las criaturas con caparazones o esqueletos calcificados como ostras, almejas y corales. Puede tener un impacto devastador en los criaderos de mariscos, así como en los peces, aves y mamíferos que dependen de los mariscos para su sustento. En las comunidades costeras donde la pesca y la producción de productos del mar sustentan la economía local, este impacto se extiende también a las poblaciones humanas, destruyendo los medios de vida y abriendo la puerta a la ruina económica. El aumento de la temperatura del océano también altera el rango y la población de especies submarinas además de contribuir al blanqueamiento de corales, eventos que son capaces de matar arrecifes enteros, ecosistemas que sustentan a más del 25 por ciento de toda la vida marina.
Ecosistemas en peligro
El cambio climático está presionando a los animales salvajes a adaptarse rápidamente a hábitats cambiantes. Muchas especies buscan climas más fríos y mayores altitudes, alterando sus comportamientos estacionales y ajustando sus patrones tradicionales de migración. Estos cambios pueden transformar fundamentalmente a ecosistemas enteros y a las intrincadas redes de vida que dependen de ellos. Como resultado, según un estudio de 2020, un tercio de todas las especies de animales y plantas podrían enfrentarse a la extinción para 2070. Otro estudio mostró que los mamíferos, peces, aves, reptiles y otras especies de vertebrados están desapareciendo a un ritmo mucho más rápido de lo que deberían, un fenómeno que se ha relacionado con el cambio climático, la contaminación y la deforestación, todas amenazas interconectadas. A principios de 2021, expertos en clima y biodiversidad publicaron un informe conjunto que ilustra estas interconexiones y exhorta a la acción simultánea en ambos frentes. Por otro lado, los inviernos más leves y los veranos más largos han permitido que algunas especies prosperen, incluyendo insectos que matan árboles y que están poniendo en peligro a bosques enteros.
Hechos del cambio climático
A pesar de lo que afirman los que niegan el cambio climático y los defensores de los combustibles fósiles, como por ejemplo, que la ciencia sobre el calentamiento global está “lejos de estar resuelta”, no hay nada que debatir: el cambio climático es una realidad. En palabras del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), el principal organismo científico internacional para la evaluación del fenómeno, “el calentamiento del sistema climático es inequívoco, y a partir de 1950, muchos de los cambios observados no tienen precedentes en décadas e incluso milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, la cantidad de nieve y hielo ha disminuido y el nivel del mar ha aumentado”.
Pero no es necesario ser un científico del clima para comprender cómo ha cambiado ya el mundo. Nuestra última década, de 2010 a 2019, fue más calurosa que cualquier otra década en al menos los últimos 1.300 años. El segundo lugar es para la década anterior: 2000 a 2009. Y el primer año de la nueva década, 2020, está empatado con 2016 como el año más caluroso jamás registrado. Con este aumento de calor, por supuesto, se han producido desastres relacionados con el clima más frecuentes e intensos. La primera mitad de 2021 estuvo marcada por un calor récord, sequías e incendios forestales en el oeste de Estados Unidos y Canadá y por lluvias e inundaciones récord en Europa. Sin una acción climática inmediata, estos récords no serán récords por mucho tiempo: se romperán el próximo año o poco después. “La ciencia es clara”, escribe Vijay Limaye, científico de NRDC. “Estos efectos peligrosos del cambio climático empeorarán cada año que no logremos frenar la contaminación que desestabiliza nuestro planeta”.
La responsabilidad de revertir esta preocupante tendencia recae en nosotros. Al menos el 97 por ciento de los científicos del clima que publican activamente respaldan la posición mayoritaria de que los humanos son los principales agentes del cambio climático. Como ha declarado el IPCC, con un alto grado de confianza, “es extremadamente probable que más de la mitad del aumento observado en la temperatura promedio de la superficie terrestre entre 1951 y 2010 haya sido causado por el aumento antropogénico en las concentraciones de GEI y otros forzamientos antropogénicos”.
Soluciones para el cambio climático
Podemos mitigar el cambio climático global y ayudar a detener sus impactos perjudiciales, pero hacerlo requerirá abordar su causa principal: la contaminación por la quema de combustibles fósiles.
Acuerdo de París
La administración de Biden se comprometió con los principios establecidos durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático llevada a cabo en París en 2015, en la que casi todas las naciones del mundo se comprometieron con acciones destinadas a alejarse de los combustibles fósiles sucios y adoptar opciones más limpias e inteligentes de energía para limitar el aumento de la temperatura global a una máximo de 2 grados Celsius este siglo o 1,5 grados Celsius, si es posible.
En el Día de la Tierra en 2021, el presidente Biden comprometió a Estados Unidos a reducir su contaminación de carbono entre un 50 y un 52 por ciento desde los niveles de 2005, casi el doble de lo que había prometido el presidente Obama, y hacerlo para 2030, sólo cinco años después de la fecha límite originalmente establecida cuando Estados Unidos se unió al acuerdo. Si bien son ambiciosos, los nuevos objetivos son alcanzables, pero sólo si el Congreso, los estados y el sector empresarial se unen para ayudarnos a lograrlo estableciendo una normativa nacional de energía limpia, electrificando nuestra flota de automóviles y camiones, reduciendo las emisiones de metano, y maximizando la eficiencia de los edificios.
Desarrollos en tecnología de energía limpia
Cada año trae consigo noticias de emocionantes avances en la producción y distribución de fuentes de energía renovable como la eólica y la solar, que son cada vez más baratas de generar y cada vez más populares entre los consumidores, las empresas, los servicios públicos y los gobiernos. Al mismo tiempo, los fabricantes de automóviles de todo el mundo trabajan para desarrollar nuevas tecnologías de baterías que darán como resultado el reemplazo de cientos de millones de automóviles de gasolina por vehículos de cero emisiones. Estas tendencias deben ser alentadas por políticas públicas inteligentes y con visión del futuro, como la agenda Build Back Better de Biden, que vincula la recuperación económica posterior a la pandemia en los Estados Unidos con proyectos que frenarán el cambio climático y pondrán a decenas de millones de desempleados o subempleados a trabajar en puestos bien remunerados.
Acción climática en casa
Abordar el cambio climático global es una tarea hercúlea, que depende del consenso internacional y de los esfuerzos de las comunidades, empresas e individuos por igual. Con ese fin, muchos estados, desde California hasta Iowa, gimpulsan a industrias de energía limpia como ser la solar y la eólica. Varias ciudades de EE. UU. están tomando medidas para mitigar el cambio climático y reforzar la resiliencia climática, también poniendo a la equidad en un primer plano; y varias corporaciones, incluidas algunas de las multinacionales más grandes del mundo, se están comprometiendo a cambiar la forma en que hacen negocios para lograr cero emisiones netas para 2040.
Hay muchas formas en las que tu también puedes ayudar. Puedes unirte o apoyar al movimiento climático juvenil internacional que ha surgido en los últimos años en apasionada respuesta a la inacción de los gobiernos; en mítines y marchas en todo el mundo, este movimiento les está haciendo saber a los líderes que ya no se tolerará la demora en la acción climática. También puedes llamar por teléfono al Congreso para hablar sobre las políticas ambientales que importan, apoyar a proyectos de energía renovable y priorizar la eficiencia energética y de combustible que no sólo reducirá las emisiones de carbono individuales, sino que propulsará las alternativas limpias a los combustibles fósiles sucios. Todos debemos dar un paso al frente, ahora.
Esta historia se publicó originalmente el 23 de febrero de 2017 y se actualizó con nueva información y enlaces.
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