Realidades arriesgadas: reconocer los perjuicios de la expansión mundial del GNL
El gas natural licuado debería eliminarse progresivamente junto con otros combustibles fósiles, allanando el camino a las energías renovables para cumplir los objetivos internacionales en materia de clima y desarrollo sostenible.
El gas natural licuado (GNL), derivado del enfriamiento del gas fósil para almacenarlo y transportarlo a largas distancias, es parte del conjunto de combustibles fósiles que obstaculizan el progreso climático. Su expansión desestabiliza los esfuerzos por mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados. A la industria le gusta llamarlo combustible de “transición” o “puente”, pero respaldarlo así es perjudicial, sobre todo cuando el GNL no es limpio ni tiene bajas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Tanto las personas como nuestro planeta no deben cargar con los perjuicios socioeconómicos, de derechos humanos y medioambientales de la expansión del comercio mundial de GNL.
Inseguridad energética causada por el GNL fósil
La invasión rusa a Ucrania contribuyó significativamente al resurgimiento de la industria mundial del GNL y a su licencia social para operar. Bajo el pretexto de la “seguridad energética”, los Estados Unidos colaboró estrechamente con sus aliados europeos para suministrar GNL en medio de las sanciones impuestas al gas ruso. Sin embargo, la continua dependencia de los combustibles fósiles nos hace inseguros energéticamente, sobre todo cuando los precios al alza del gas fósil se trasladan a los hogares.
Mientras millones de europeos luchan por pagar sus facturas energéticas, los activistas contra el gas han sacado a la luz la culpabilidad de la industria del gas fósil en la crisis del costo de la vida en Europa. Se trata de una coyuntura crítica para que los líderes europeos alcancen una verdadera seguridad energética centrándose en el despliegue de las energías renovables y en la mejora de la eficiencia energética. La desvinculación del gas ruso debería suponer, en última instancia, el fin de las industrias extractivas de gas fósil en Europa.
Desvío del acceso a la energía en los países en desarrollo
Cuando los precios del GNL suben, el acceso a la energía en muchos países en desarrollo se ve comprometido. El año pasado, la interrupción del suministro de GNL a largo plazo de Eni obligó a Pakistán a comprar GNL a precios elevados en el mercado al contado, lo que puso aún más en peligro su economía. Del mismo modo, Bangladesh tuvo que suspender las compras de GNL, lo que provocó frecuentes cortes de electricidad y un descenso de la producción industrial nacional. En unas condiciones de mercado tan volátiles, el GNL no es una fuente de combustible segura ni fiable, sobre todo para los países con menos recursos económicos.
La extracción continuada de gas fósil perpetúa la desigualdad energética para amplios segmentos de la población, especialmente para los millones de personas sin acceso fiable a la energía. En África, la extracción de GNL y gas fósil se anuncia como la panacea para la pobreza energética y el desarrollo de la región. Pero el 92 por ciento de los 103 mil millones de dólares canalizados hacia países ricos en gas -como Mozambique, Nigeria y Tanzania- se destina a terminales de exportación de GNL. El gas extraído del continente africano beneficia a la efímera carrera de Europa por el gas, y no a los 600 millones de personas del África subsahariana que viven sin acceso a la electricidad.
Como ha dicho la joven activista climática Vanessa Nakate, los países africanos que son persuadidos para que lleven a cabo proyectos de gas fósil podrían enfrentarse a la inestabilidad económica cuando se agote la demanda de gas. El mensaje del movimiento Don't Gas Africa es claro: Para revertir la desigualdad energética sistémica a la que se enfrentan las comunidades pobres y rurales de África debe lograrse mediante el desarrollo sostenible de las energías renovables y no a través de los beneficios mal obtenidos del GNL.
La expansión del GNL fósil viola los derechos humanos
La violencia aflige a la cadena de valor mundial de la extracción, el transporte, la licuefacción y el envío de GNL fósil. Los exportadores norteamericanos de GNL licúan el abundante gas metano de fracturación hidráulica de la región, que tiene consecuencias devastadoras para la contaminación del aire y del agua. El proyecto de GNL de Canadá, la primera terminal de exportación del país, se ha enfrentado a una fuerte resistencia en su desarrollo. Los defensores de las tierras indígenas del territorio Wet'suwet'en se han opuesto al proyecto Coastal GasLink de TC Energy, el gasoducto destinado a abastecer de gas fósil a LNG Canadá. Los jefes hereditarios se enfrentaron a intimidaciones y a acciones militantes en su contra mientras luchaban por proteger sus tierras indígenas no cedidas de los efectos devastadores de la expansión del gas.
Deterioro de la salud comunitaria y daño social
En los países importadores y exportadores de GNL surgen muchas nuevas áreas de sacrificio que comprometen la salud de las comunidades marginadas y desfavorecidas. Las terminales de GNL liberan contaminantes atmosféricos nocivos—como compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de carbono y material particulado—que pueden contribuir a aumentar la incidencia de enfermedades respiratorias, cardiopatías y cáncer.
A lo largo de la costa estadounidense del Golfo de México, muchas comunidades viven en el epicentro del desarrollo de infraestructuras de exportación de GNL. Roishetta Ozane, defensora de la justicia medioambiental, ha pedido que se ponga fin a la expansión del GNL en Luisiana, que está comprometiendo de forma desproporcionada a las comunidades locales. Mientras tanto, en el vecino México, los promotores planean reexportar el gas natural de la cuenca del Pérmico que se importa al país por gasoducto. Los más de 6 mil millones de pies cúbicos diarios (bcf/d) de proyectos de GNL que se desarrollan en México permitirían que el gas de la cuenca del Pérmico estadounidense llegará más rápidamente a la demanda asiática al evitar el Canal de Panamá. Está en desarrollo podría provocar riesgos sociales y para la salud de las comunidades similares en México. Además, tres de los proyectos propuestos -Saguaro Energía, AMIGO (American Mexican Integrated Gas Operations) y Vista Pacífico- afectarían a la rica biodiversidad marina del Golfo de California, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Comprometer el clima y la biodiversidad por el GNL fósil
Junto a los impactos humanos, no podemos olvidar las asombrosas amenazas para el clima y la biodiversidad derivadas de la expansión del GNL. Las fugas y emisiones intencionales de metano, el principal ingrediente del GNL y un gas de efecto invernadero extremadamente potente, durante la extracción y exportación de GNL pueden eliminar cualquier beneficio climático, incluso si el GNL se utiliza para sustituir al carbón en la generación de electricidad. Las expansiones masivas de GNL comprometerán seriamente el cumplimiento de los objetivos de 1,5 grados Celsius del Acuerdo de París.
Las terminales de GNL están situadas alrededor de muchos puntos calientes de biodiversidad y el tráfico continuo de carga de GNL causa importantes perturbaciones en la vida marina. En Batangas, Filipinas, el Pasaje de la Isla Verde se conoce comúnmente como el ‟Amazonas de los océanos” porque sus aguas tienen la mayor concentración conocida de vida marina del planeta. Ocho de las 12 terminales de GNL propuestas en Filipinas se encuentran en Batangas. En la construcción de dos proyectos de gas, la calidad del agua se degradó debido a la presencia de contaminantes importantes y metales pesados. Al mismo tiempo, la ecología marina de las aguas adyacentes mostró una reducción de la biodiversidad y abundancia de peces.
El desarrollo del GNL tiene un costo demasiado elevado en múltiples frentes. El GNL debería eliminarse gradualmente junto con otros combustibles fósiles, para asi allanar el camino a las energías renovables para cumplir los objetivos internacionales en materia de clima y desarrollo sostenible. Únete a NRDC para solidarizarte con sus socios globales que hacen campaña para poner fin a la expansión del GNL.