Plásticos de un solo uso 101
Aquí está todo lo que necesita saber sobre el omnipresente (y evitable) desperdicios plásticos: el tipo hecho para ser arrojado en cuestión de minutos.
Una pajilla con nuestro café helado, una bolsa de plástico para llevar nuestra comida, la envoltura de dulces: tomada individualmente, cada una parece inofensiva. Estas comodidades modernas son tan omnipresentes, y tan rápidamente desechadas, que apenas se registran en nuestras mentes. Pero los plásticos de un solo uso tienen un elevado precio en el medio ambiente, que pagaremos durante milenios. Nuestra adicción al plástico tiene un impacto devastador en nuestros océanos, nuestra vida silvestre y nuestra salud.
¿Qué son los plásticos de un solo uso?
En pocas palabras, los plásticos de un solo uso son productos que están hechos principalmente de productos químicos a base de combustibles fósiles (petroquímicos) y están destinados a ser eliminados inmediatamente después del uso, a menudo, en solo unos minutos. Los plásticos de un solo uso se usan con mayor frecuencia para el envío y el servicio de comida, como botellas, envoltorios, pajillas y bolsas.
Aunque el plástico, es prácticamente una cadena de polímeros sintéticos, que se inventó a mediados del siglo XIX, no fue sino hasta la década de 1970 que su popularidad se disparó. Los fabricantes comenzaron a reemplazar el tradicionalmente envase de vidrio o papel con alternativas plásticas más livianas o más duraderas y asequibles; por ejemplo, las jarras de plástico reemplazaron las botellas de vidrio para la leche.
Desde la década de 1950, el mundo ha producido más de nueve mil millones de toneladas métricas de plásticos, más de la mitad de los cuales se comercializaron después del año 2000. Y podemos esperar que estos materiales perduren durante miles de años.
Hay muchos usos para el plástico que no solo son razonables sino importantes, como guantes quirúrgicos o pajillas para personas con discapacidades. Pero estos casos constituyen una pequeña fracción del plástico de un solo uso. Según un estudio de 2017, más de la mitad del plástico sin fibra, que excluye los tejidos sintéticos como el poliéster y el nylon, proviene solo de envases de plástico, gran parte de los cuales son para artículos de un solo uso.
¿Por qué es malo el plástico de un solo uso?
Los plásticos de un solo uso son un claro ejemplo de la problemática cultura de usar y tirar. En lugar de invertir en bienes de calidad duraderos, a menudo priorizamos la conveniencia sobre la durabilidad y la consideración de los impactos a largo plazo. Las empresas se aprovechan de este deseo de comodidad, al vender productos envueltos en envases llamativos, que podrían evitarse fácilmente, o al diseñar artículos baratos que sólo alimentan más el consumismo. Nuestra dependencia de estos plásticos significa que acumulamos desechos a una velocidad asombrosa. Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el mundo produjo más de 460 millones de toneladas métricas de plástico en 2019, y esta cantidad se duplica en el 2000.
Residuos de plástico
Los tipos más comunes de residuos plásticos encontrados en el medio ambiente son las colillas de cigarrillos, seguidas de las envolturas de alimentos, botellas y tapas de botellas, bolsas plasticas, pajitas y agitadores. Y apenas estamos empezando a ver la presencia generalizada de pequeños “microplásticos”, que incluyen cosas como los hilos que se desprenden de la ropa sintética, las cuentas y escarchas que se añaden a los productos personales.
Reducir el uso del plástico es el medio más efectivo para evitar este desperdicio (y los impactos relacionados con la producción y el uso de este). Llevar bolsas y botellas reutilizables es una excelente manera de evitar los plásticos de un solo uso en nuestra vida cotidiana; puede encontrar más información sobre la prevención de los desechos plásticos más abajo.
Reciclaje limitado
Reciclar más plástico, con mayor frecuencia, reduce su huella. El tereftalato de polietileno, uno de los plásticos reciclados más comúnmente y el material que compone la mayoría de las botellas de agua y refrescos, puede convertirse en todo, desde tela de poliéster hasta piezas de automóviles. Pero un 91 por ciento de todo el plástico no se recicla en absoluto. En cambio, termina en vertederos o en el medio ambiente. Los plásticos de un solo uso en particular, especialmente los artículos pequeños como pajillas, bolsas y cubiertos son tradicionalmente difíciles de reciclar porque caen en las grietas de la maquinaria de reciclaje, por lo que a menudo no son aceptados por los centros de reciclaje.
Contaminación por microplasticos
Dejados solos, los plásticos realmente no se descomponen; simplemente se rompen. Con el tiempo, el sol y el calor convierten lentamente los plásticos en piezas cada vez más pequeñas hasta que finalmente se convierten en lo que se conoce como microplásticos. Estos fragmentos plásticos microscópicos, de no más de 5 milímetros de largo, son difíciles de detectar y están en todas partes. (Existen incluso partículas de plástico que miden menos de un micrómetro, conocidas como nanoplásticos). Algunos microplásticos son incluso pequeños por diseño, como las microperlas utilizadas en los exfoliantes faciales o las microfibras en la ropa de poliéster.
Terminan en el agua, ingeridos por la vida silvestre y dentro de nuestros cuerpos. Incluso han llegado hasta la apartada cordillera de los Pirineos y hasta el fondo de la Fosa de las Marianas.
Para la vida silvestre, los microplásticos pueden ser particularmente peligrosos; cuando se ingieren, pueden acumularse fácilmente dentro del cuerpo de un animal y causar problemas de salud, como órganos perforados o bloqueos intestinales fatales.
La exposición a los microplásticos, así como a los químicos que se agregan a los plásticos durante el procesamiento, perjudican nuestra salud. Muchos de los químicos en los plásticos son conocidos como alteradores endocrinos, los estudios sugieren que la exposición humana podría causar impactos en la salud, incluyendo desequilibrios hormonales, problemas reproductivos como la infertilidad e incluso el cáncer. El ftalato DEHP, es solo un ejemplo de docenas de casos, a menudo se agrega a productos de plástico como cortinas de baño y mangueras de jardín para que sean más flexibles, pero la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA por sus siglas en inglés) también lo considera un probable carcinógeno humano.
También estamos empezando a comprender cómo los microplásticos contaminan nuestro suministro de alimentos. En un estudio en el que se examinaron 16 tipos de proteínas de consumo habitual -entre ellas carne de vacuno, camarones y tofú- se detectó la presencia de microplásticos en el 90 por ciento de las muestras, con tasas más elevadas en los alimentos más procesados.
Aunque se han detectado microplásticos en todo el cuerpo humano, los científicos aún estudian los efectos a corto y largo plazo de esta contaminación.
Los plásticos de un solo uso y la contaminación
Aunque la contaminación por plástico de un solo uso se acumula de manera más visible en nuestras calles, de hecho, nuestra agua sufre aún más. La basura puede ser la primera etapa en una corriente de desechos que ingresa a las vías fluviales a medida que los plásticos arrojados a la calle son arrastrados por la lluvia o viajan a través de desagües pluviales hacia los ríos y las corrientes. Se calcula que ocho millones de toneladas métricas de plástico llegan a las vias navegables cada año — una cantidad que podría triplicarse en 2040 a menos que la industria cambie la forma en que se crea, utiliza y elimina el plástico.
La mayor parte de esta contaminación — dominada por los residuos de plástico de un solo uso—procede de países que carecen de infraestructuras para gestionar adecuadamente los residuos, en particular los del sudeste asiático.
Pero es importante recordar que la gestión de residuos es sólo una parte del ciclo global de los materiales. Por ejemplo, gran parte del plástico producido en los países asiáticos se destina a productos que abastecen la demanda estadounidense—además los Estados Unidos y otros países de ingresos mayores envían a menudo residuos plásticos a estos países para su procesamiento.
La gran cantidad de residuos plásticos puede inundar las comunidades de contaminación. Los residuos no sólo destruyen la tierra, sino que cuando se incineran, como ocurre a veces, sus gases tóxicos se convierten rápidamente en un peligro para la salud de los residentes cercanos, lo que provoca desde erupciones cutáneas hasta cáncer. Las cenizas y otras toxinas liberadas durante la combustión pueden viajar largas distancias, por lo que los impactos se extienden aún más lejos.
Los animales marinos llevan la carga de esta afluencia de basura en sus hábitats. Se han encontrado ballenas varadas con el estómago lleno de basura plástica—así como aves marinas, tortugas y muchas otras criaturas muertas. De hecho, se ha descubierto que al menos 1.565 especies silvestres han ingerido plástico accidentalmente.
Plásticos de un solo uso y el cambio climático
Dado que casi todos los plásticos (el 99 por ciento) se fabrican a partir de combustibles fósiles, nuestra adicción al plástico también repercute en el clima. De hecho, la industria del plástico (que incluye muchas empresas que han invertido en petróleo y gas o que operan en ellos) es actualmente responsable de cuatro veces más emisiones de gases de efecto invernadero que la industria aeronáutica. E incluso si la producción se mantuviera estable, se prevé que los plásticos representen entre el 15 y el 19 por ciento del presupuesto mundial de carbono para 2050.
La producción de plástico contribuye al calentamiento global al emitir gases de efecto invernadero en cada punto de su ciclo de vida. El proceso de perforación para extraer los materiales con los que se fabrica el plástico, petróleo y gas. En la siguiente etapa, la industria depende de “plantas de craqueo” que son altamente contaminantes y que consumen mucha energía, donde las moléculas de etano del gas natural se convierten en los componentes químicos del plástico. Por último, las empresas intentan vender al público un esquema de lavado verde para la fase de “fin de vida” del plástico: el engañosamente llamado proceso de “reciclado químico”, en el que las instalaciones incineran los residuos plásticos y contaminan el aire.
En los Estados Unidos, muchas de estas instalaciones contaminantes—tanto si fabrican plástico como si lo queman—se construyen en comunidades de bajos ingresos y de color, que suelen tener menos recursos para bloquearlas. Organizaciones comunitarias y grupos como el NRDC dan la voz de alarma a medida que aumenta el número de estas instalaciones, debido en parte al exceso sin precedentes de gas procedente de la fracturación hidráulica y del auge del gas natural licuado.
¿Qué es el tratado mundial sobre los plásticos?
En 2022, 175 naciones se reunieron en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para resolver la crisis mundial de la contaminación por plásticos. Allí, las naciones acordaron redactar un tratado legalmente vinculante que identificaría acciones para reducir la producción de plásticos, especialmente sus formas más tóxicas, para fines de 2024.
Todavía no sabemos qué contendrá el tratado final de la ONU sobre los plásticos—ni cómo se comprometerá los Estados Unidos, uno de los mayores contribuyentes mundiales a los residuos plásticos — pero sí sabemos que es una oportunidad para bloquear el flujo interminable de plásticos de un solo uso que son innecesarios en nuestros mercados, evitar que los microplásticos entren en nuestros suministros de agua y alimentos, reducir la destrucción del medio ambiente y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (todas ideas populares).
Los expertos en salud del NRDC también han abogado por eliminar progresivamente los productos de plástico más tóxicos y problemáticos, eliminar las sustancias químicas preocupantes, bloquear la expansión del “reciclaje químico” y obligar a los fabricantes a revelar las sustancias químicas que contienen sus productos de plástico.
¿Deberíamos prohibir los plásticos de un solo uso?
Una ola de prohibiciones de plástico de un solo uso está barriendo el país y el mundo, con mayor frecuencia en bolsas de plástico, pajillas, agitadores y contenedores de comida para llevar. Decenas de ciudades estadounidenses y muchas instituciones (desde colegios a parques temáticos) han decidido prohibir las pajitas de plástico. Las prohibiciones de las bolsas de plástico—que suelen ir acompañadas de una tarifa sobre las bolsas de papel—también se han impuesto, y al menos 12 estados (y cientos de ciudades) han aprobado leyes de este tipo hasta la fecha.
¿Qué logran las prohibiciones? Evitan que millones de toneladas de plástico ingresen a la corriente de desechos cada año.
Y cuando se trata de residuos que duran para siempre, cada tonelada cuenta. Pero más allá de estas repercusiones, las prohibiciones tienen efectos culturales. Las empresas se ven obligadas a innovar, a replantearse sus diseños y a abastecerse de materiales sostenibles. Además de ayudar a cambiar la mentalidad de los consumidores, que reconocen que estos residuos son insostenibles e innecesarios.
Las grandes corporaciones y los plásticos de un solo uso
Los grandes productores de plásticos de un solo uso pueden tener un gran impacto ambiental. Como parte del movimiento Break Free From Plastic, los voluntarios de Greenpeace realizaron una auditoría de la contaminación por plástico a lo largo de las costas, analizaron decenas de miles de piezas individuales en 42 países para identificar las fuentes de contaminación. Descubrieron que los productos de Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé se encontraban con mayor frecuencia.
Coca-Cola ha dicho que solo produce tres millones de toneladas de envases de plástico cada año, lo que equivale a unas aterradoras 200,000 botellas de plástico por minuto. Por desgracia, esa cifra sigue en aumento, al igual que en muchas marcas mundiales.
En respuesta a los llamamientos al cambio y a la evolución de los hábitos de consumo, algunas empresas han tomado la iniciativa y experimentan con diseños que reducen los residuos o utilizan componentes reutilizables o compostables. Pero está claro que queda mucho por hacer.
Las políticas y los marcos gubernamentales, como el próximo tratado mundial sobre los plásticos, pueden estimular la acción de la industria privada. Las leyes sobre las botellas, por ejemplo, que suelen obligar a los minoristas a añadir una tasa a las botellas individuales (que los clientes pueden recuperar parcialmente cuando las reciclan), son una forma de aumentar la responsabilidad de las empresas en materia de residuos, al tiempo que ofrecen un incentivo monetario a los consumidores para reciclar. Aún mejores son los incentivos que apoyan una economía circular de residuo cero: promover componentes completamente reutilizables o fáciles de reparar.
Como evitar los plásticos de un solo uso
Las opciones individuales, y los cambios colectivos que generan, se suman rápidamente. Hacer un simple intercambio, como comprar una botella de agua reutilizable, puede ahorrarle al medio ambiente cientos de botellas de plástico cada año. Aquí algunos consejos más para deshacerse para siempre (y su comunidad) de los plásticos de un solo uso.
- Siempre empaque una bolsa reutilizable cuando vaya de compras. (Sí, las bolsas reutilizables son mejores para el medio ambiente que las plásticas, aparte de las recientes afirmaciones de los medios).
- Cocine con más frecuencia para reducir el uso de recipientes de plástico para llevar.
- Haz compost con los restos de comida, lo que tiene muchas ventajas, entre ellas la reducción del flujo de desechos personales.
- Comprar en grandes cantidades. Evite productos empacados individualmente, como paquetes de refrigerios.
- Aunque comprar en línea a veces tiene una huella de carbono más baja que comprar en una tienda (omita la opción de entrega urgente, si puede), los envíos en línea todavía están llenos de plástico. ¿Su mejor apuesta para reducir su huella y desperdicio de plástico? Camine, ande en bicicleta o tome el transporte público para comprar en persona.
- Evite la envoltura de plástico por completo almacenando las sobras en recipientes reutilizables. Pruebe una envoltura de cera de abejas reutilizable y compostable para una opción fácil y decorativa.
- Compre una pajilla reutilizable de metal o bambú. Empaquételo junto con cubiertos reutilizables (como palillos de madera, bambú o metal) para una alimentación sostenible mientras viaja.
- Hable con los propietarios de los restaurantes que frecuenta. Pregunte si tienen alternativas no plásticas a las pajillas, los agitadores o las bolsas de plástico.
- Hable en apoyo de las prohibiciones locales de plástico, ya sea al llamar a su representante del gobierno local, al enviar un artículo de opinión al periódico de su ciudad o simplemente inicie conversaciones con los vecinos.
- Deje que las compañías que hacen sus productos favoritos sepan que usted se preocupa por el empaque. Tuitee, llame o envíe cartas a estas compañías para pedirles que cambien a envases más duraderos, reciclables, compostables, renovables o de contenido reciclado con menos plástico derivado de combustibles fósiles.
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